A veces, culpamos a la vida o incluso a otras personas por la situación que atravesamos. Nos olvidamos de que la forma de vivir, sentir e interpretar lo que sucede en nuestras vidas tiene algo que ver con nosotros mismos. También somos responsables de nuestras circunstancias.
Nos conocemos poco por no decir nada. Y a veces ese puede ser el detonante para creer que no podemos conseguir algo, pensar que todo lo malo nos sucede a nosotros o que no seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos.
Es importante que conozcamos nuestras fortalezas y debilidades, cómo nos pueden afectar en las diferentes áreas de nuestra vida y comprometernos con nosotros mismos a ser objetivos a la hora de analizar en qué destacamos y en qué podemos mejorar.
TU DEBILIDAD PRESENTE PUEDE SER TU FORTALEZA FUTURA…
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